Leucoplasia

La leucoplasia es una condición potencialmente maligna caracterizada por la presencia de una o varias lesiones predominantemente blancas que no desprenden al raspado en cualquiera de los tejidos blandos de la cavidad oral. Su prevalencia no se conoce con exactitud, pero se estima que afecta entre el 2 y 4 % de la población mundial. Es más común en hombres que en mujeres y en personas de edad avanzada. No es una enfermedad contagiosa, por lo que no puede ser transmitida entre las personas.

Causas

En muchos casos, la causa de la leucoplasia es desconocida. Sin embargo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y el uso de betel —mezcla de tabaco, nuez de areca, especias y otros ingredientes que se utiliza principalmente en el sureste de Asia y Oceanía por sus propiedades estimulantes—, son los factores de riesgo más importantes en el desarrollo de esta condición.

Signos

La leucoplasia se clasifica clínicamente como homogénea y no homogénea. La leucoplasia homogénea se presenta como una placa blanca uniformemente delgada, bien delimitada y de textura lisa. En algunos casos puede presentar grietas o fisuras poco profundas en su superficie. Por otro lado, la leucoplasia no homogénea se subdivide en los siguientes tipos: moteada (lesión predominantemente blanca con áreas rojas, también conocida como como eritroleucoplasia), nodular (lesión con pequeñas proyecciones polipoides o excrecencias redondeadas rojas o blancas) y verrugosa (lesión con superficie corrugada). Las leucoplasias no homogéneas suelen tener bordes difusos y pueden presentar zonas ulceradas en su superficie.

Síntomas

Las lesiones son, generalmente, asintomáticas. Por esta razón, es común que pasen desapercibidas por las personas afectadas y que sean los odontólogos quienes las detecten durante una consulta. Algunos pacientes con leucoplasias no homogéneas pueden presentar malestar, hormigueo o sensibilidad al tacto o durante la ingesta de bebidas calientes o comidas picantes.

Diagnóstico

Si existe la sospecha de una leucoplasia luego de analizar la historia médica del paciente y realizar un examen visual de la mucosa oral, lo primero que se debe hacer es excluir otras enfermedades que también se presenten como lesiones blancas en la boca. Además, se deben eliminar posibles factores causales como el tabaquismo, un trauma mecánico –por ejemplo, un mordisqueo crónico o un cepillado dental agresivo–, o una restauración dental que se encuentre en contacto directo con la lesión. Posteriormente, el diagnóstico se realiza mediante una biopsia escisional (examen microscópico de toda la lesión). En caso de que por su tamaño y localización la lesión no se pueda extirpar quirúrgicamente, se deben tomar varias biopsias incisionales (examen microscópico de una parte de la lesión).

Tratamiento

Actualmente no existe un tratamiento curativo para la leucoplasia; su manejo se limita a la esición quirúrgica –preferiblemente con bisturí o láser– y un seguimiento periódico de las lesiones. El intervalo entre las citas de control depende del resultado de la biopsia y puede variar entre 3 y 12 meses. Si la leucoplasia reaparece después de la escisión quirúrgica (alrededor del 30% de leucoplasias que han sido extirpadas recurren) pero tiene la misma apariencia que la lesión inicial, no es necesario volverla a extirpar. Por el contrario, si la apariencia clínica de la lesión es diferente, debe extirparse nuevamente.

Pronóstico

Aproximadamente el 10% de los pacientes con leucoplasia desarrolla un cáncer oral, especialmente en los primeros 5 años después del diagnóstico. Existen algunos factores que pueden aumentar este riesgo, entre los que se incluyen:

  • Ser mujer;

  • Tener ≥60 años en el momento del diagnóstico;

  • Ingerir alcohol;

  • Usar enjugues bucales que contegan alcohol;

  • Haber sido diagnosticado anteriormente con cáncer de cabeza y cuello;

  • Que la lesión no sea homogénea (presente zonas blancas y rojas/ulceradas);

  • Que la lesión se localice en el borde lateral de la lengua, piso de la boca (debajo de la lengua), trígono retromolar (detrás de las cordales) o el paladar blando;

  • Que la lesión mida ≥2 cm cuadrados;

  • Que la lesión presente displasia epitelial (esto lo muestra el resultado de la biopsia);

  • Que haya más de una lesión presente.

Por esta razón, es necesario que los pacientes con leucoplasia asistan una o varias veces al año a citas de control con un especialista en Medicina Oral (Estomatólogo).

Recomendaciones

  • Si sospechas que tienes leucoplasia, consulta con un especialista en Medicina Oral (Estomatólogo) para confirmar o descartar este diagnóstico.

  • Si ya te han diagnosticado esta enfermedad, asiste periódicamente a citas de control con un especialista en Medicina Oral, ya que la leucoplasia puede convertirse en cáncer oral.

  • Evita el uso de tabaco y el consumo excesivo de alcohol, ya que estas sustancias aumentan las probabilidades de que las lesiones se conviertan en cáncer oral.

Otros tipos de leucoplasia

Leucoplasia proliferativa

La leucoplasia proliferativa, conocidad también como leucoplasia proliferativa verrugosa, se caracteriza por la presencia de múltiples lesiones que van afectando progresivamente varias localizaciones de la mucosa oral. Este tipo de leucoplasia tiene un alto potencial de transformación maligna; más del 40–50% de los pacientes con esta condición desarrolla un cáncer oral con el paso del tiempo.

Leucoplasia pilosa

Este tipo de leucoplasia es causada por el virus del Epstein-Barr y afecta principalmente a pacientes inmunosuprimidos —aquellos con VIH/SIDA o en tratamiento con medicamentos inmunosupresores—. Las lesiones blancas son difusas y se localizan exclusivamente en los bordes laterales de la lengua (bilateralmente). A diferencia de los otros tipos de leucoplasia, la leucoplasia pilosa no conlleva riesgo de transformarse en cáncer oral.

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